>  Chile   >  Oficinas Salitreras: Humberstone y Santa Laura, Pozo Almonte – Chile ⑥⓪

Desde el 2005 son Patrimonio de la Humanidad, declarado por la Unesco, desde esa fecha los pampinos se sienten reconocidos mundialmente por el valor histórico que representan para Chile. Y es que mi visita no fue sólo retroceder en el tiempo y ver como vivían a través del relato de Cristian Muñoz, un guía que por propina voluntaria y por más de una hora relata lo que su familia vivió, y es que aún en Noviembre se reúnen con trajes típicos todos los pampinos, hijos y nietos, quienes fueron parte de esa generación, viviendo en el lugar por tres días y celebrando la semana del salitre.

 

A 45 minutos de Iquique está Santiago Humberstone (renombrada así en 1934 en honor al buen James Humberstone) una salitrera que se conserva casi intacta gracias a que fue comprada por particulares para su conservación, por la Corporación Museo del Salitre. Para mi sorpresa todo estaba tan bien organizado, incluso las horas de recreación en donde hombres y mujeres se reunían en las pérgolas con música en vivo o disfrutaban en la piscina hecha de acero. Personas que trabajaban en la mitad del desierto por doce horas horas al día sin servicios higiénicos, pagados con un pocas fichas y  con limitación de compras en la Pulpería.

 

Sobre las fotos:

El reloj de la plaza central tiene el número cuatro escrito en romano así: IIII, este error le costó la vida al relojero, por lo tanto en señal de rebeldía varios de sus colegas por el mundo siguieron utilizándolo.

De todos los lugares por donde camine, destacó la pulpería que son todas las otras fotografías, pues tematizaron el lugar con personas de cera de tamaño real haciendo las labores diarias y con sonido ambiente en todos los espacios. Me sentí parte del lugar y reconocí a mis antepasados, valore su trabajo y el sacrificio por el que vivieron junto a su familias.

 

Sobre el guía:

Cristian Muñoz, el guía 100% recomendado, vende dos libros digitales para recomendar: “CKAIR CKAICHI” que habla del Caliche y las matanzas y “100 dichos chilenos y su origen” que fue toda una revelación de conocimiento porque creo usar 90 dichos de esos 100. Entre ellos destacó:

 

5. AL TIRO: Las brocas de perforación que se usaban en la industria salitrera eran bastante peligrosas, cuando se terminaba la perforación en los orificios que quedaban se introducían los explosivos (se ponían las guías con una separación de 10 centímetros para que explotaran en forma ordenada). Lamentablemente en las tardes en la pampa sale un viento fuerte que juntaba estas ‘’guías’’, si se estaba cerca y no se escuchaba el aviso o el tiro, esto era una muerte segura  porque las piedras eran arrojadas en forma de proyectiles. Por lo mismo era un trabajo bastante meticuloso, se demoraban entre 30 a 45 minutos en preparar cada tiro.

-.‘’guías’’: eran líneas de pólvoras.

 

10. BAILAR CON LA FEA: Cuando se ingresa a bailar en las pérgolas se le entregaba a la dama soltera una tarjeta blanca con un número al azar, al hombre soltero una tarjeta roja con su número al azar, en un lado se sentaban los hombres al frente las mujeres. En un momento determinado el anfitrión se paraba en el medio de la pista con un bastón y daba tres toques, esa era la señal para que las parejas que coincidieran con los números se juntasen, ahí nace ‘’me tocó bailar con la fea’’.

 

68. PALO BLANCO: Cuando iban a buscar trabajadores a los pueblos de IV y V región para poblar de mano de obras las salitreras, enviaban a personas de punta en blanco para convencerlos, ellos le explicaban que había mucho trabajo, que en verdad lo había, pero también le hablaban de dinero que es lo falso. Cuando ellos llegaban a la zona se sentían estafados, les salía muy difícil regresar, entonces se ponían a trabajar, cambiar la ficha por dinero se podía realizar pero ese cambio era de un 30% a 90% en contra, por este motivo cuando los veían en los trenes decían: ¡Ahí va el palo blanco!

 

94. TOMAR ONCE: En la salitrera se usó como especie de clave para tomar aguardiente en forma clandestina, esta palabra tiene once letras, de esta manera el obrero le decía ‘’vamos a tomar la once’’.