>  Francia   >  Poitiers – Poitou-Charentes – Francia ⑥

Y así, sin mucho analizar y solo con mi maleta y mochila, tome un avión a las 20:15 hrs. Chile que llegó a Paris a las 17:35 hrs. un 15 de Diciembre del 2010 (para regresar a casa tres meses después). Desde el Aeropuerto Charles de Gaulle tome el bus que me llevaría a la Gare de Montparnasse, como el bus se demoró mucho más de lo calculado perdí el tren que salía a las 19:50 hrs. lo que conllevo a lo único que se me ocurrió hacer: llorar. Con 21 años y en mi primer viaje fuera del país no fui capaz de tomar otra decisión, asi que con los ojos llorosos y un francés que solo yo entendía me acerque a la ventanilla a comprar un nuevo pasaje (que me costó como el 20% del total de mi presupuesto para los siguientes meses) pues necesitaba tomar el siguiente al que perdí; ya que Lorena (el angelito chilena-francesa) me esperaba en la estación de Poitiers. Sin celular para contarle de mi retraso solo me quedo esperar el siguiente tren.

 

Una hora y media después me encontré con una cara preocupada y pálida de frente que dijo: “Mauggen”? – Lorena?. Fue tan satisfactorio llegar y abrazarla. Luego partimos el viaje a Vasles  (a 35 kilómetros de donde estábamos) el lugar en donde comenzaría esta historia.

 

Caminaba lo que más podía y todo era un estímulo mayor, con el frío como única compañía era casi imposible disimular lo turista. Quizás lo que tanto llamaba mi atención es que nunca había visitado una ciudad en donde podías dejar la bicicleta estacionada en tu puerta (4ta. foto), sabiendo que a tu regreso estaría en el mismo lugar. La gente era amena, aunque conocí pocas historias fue mi primer gran viaje en soledad. Pequeños detalles como el cambio de horario o las estrellas ubicadas en el hemisferio opuesto a donde acostumbro verlas, o las casas con mismos techos,  me hicieron sentir que estaba situada en otro tipo de realidad, no mejor ni peor a la que normalmente vivo, sino que una diferente.

 

En la 5ta. Fotografía esta otra compañía. Mi primera bitácora de viajes, me la regalo y confeccionó mi bonita amiga Pia quien viajo conmigo todo el tiempo, sin hacerlo. Trate de llenarla con todas las aventuras que más pude aunque todo fue un gran recuerdo, lamento que la memoria no pueda contener por sí sola, todos los aromas, sabores y melodías que Europa tenía preparados para mí.

 

Cariños especiales para Ninon, Laura, Lorena y Nawelle.

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