A Fernanda de Chile (foto3) la conocí en el hostal de Paris y justo coincidimos en que estaríamos en Madrid en fecha similares, ella me presento a Roberto (quien a estas alturas es más madrileño que chileno).
Con mi ya común poco presupuesto europeo, compre un ticket de avión económico en Ryanair y quise partir a Madrid a sentirme cómoda con el idioma y con la gente (los Parisinos no se destacan por su hospitalidad), por supuesto me quede en un hostal del centro con pisos compartidos y recorrí caminando lo que más pude. Pequeños detalle que solo a mí me importan: En la misa en Madrid si piden dinero en la colecta y el saludo de la paz se da estrechando la mano pero en silencio, en Francia en cambio, no hay saludo de la paz ni colecta.
Entre esas caminatas sin sentido me topé con una expo de fotografías, que promocionaba un libro: “Testigos del Olvido” (4ta. foto). Tuve la suerte de encontrarlo en mi segundo día de caminante, porque no me separe más de el en todo el viaje, de hecho los días restantes el mejor panorama fue ir a la Plaza de España en el barrio Argüelles o al Parque del Retiro a solo leer. Desde ahí me acostumbre que en el equipaje siempre debe haber un libro como compañía, sin importar el destino, este siempre será el mejor acompañante. Titubeé en comprarlo porque era realmente caro para mi bolsillo, pero lo tome como mi primer regalo después de trabajar en Francia y así compense el haberlo comprado (cosas que hago para engañarme a mi misma).
Volvamos a lo importante: “El libro”, presenta ocho testimonios relatados por importantes escritores en diferentes rincones del mundo, cuál de todos más olvidados que el anterior, acompañados de las fotografías de Juan Carlos Tomasi, estos reportajes creados en el 2009, velan por el recuerdo de quienes no tienen consuelo, y siento, debería ser una obligación moral de todo ser, leerlos. Bravo por los Médicos sin Fronteras.
En el viaje por el que me llevo el libro, entendí que el verdadero compromiso no debe estar donde los que hacen historia, sino con los que la sufren. Hay tantas tierras por descubrir y ayudar, tantas tierras sin ley.