Entendemos la palabra destino como el punto de llegada al que se dirige una persona o cosa, y entendemos la palabra destino como una fuerza desconocida de la que se cree que actúa de forma inevitable, sobre las personas y los acontecimientos.
De destinos es de lo que me gusta hablar. 365 lugares para que dejemos de ser turistas y comencemos a ser viajeros con espíritu libre, de los que prefieren hablar con extraños que con guías turísticos, de esos que no usan mapa porque no buscan lo que todos quieren ver y de esos que no van al mejor restaurant, porque optan por explorar la comida que vende el carrito de la esquina. Del señor que atiende ese carrito aprenderemos más de lo que nos puede enseñar el mejor garzón (respeto a todos los garzones del mundo). No quiero una mesa para dos, prefiero ir al mercado o a la feria local. No quiero el imán para el refrigerador que al reverso dice que fue hecho en China, prefiero ir en busca de los artesanos que dejan un pedacito de cariño en cada confección; hechas por sus propias manos.
Desde la divinidad que habita en mí, saludo a la divinidad que habita en ti, en profundo amor y reverencia.