A una hora de Playa del Carmen se encuentra esta pequeña localidad que de manera simple te invita a aprender más sobre los mayas. Al momento de estacionar al costado de pequeñas casa que están sobre la carretera, se acerco de inmediato un chaman para darnos la bienvenida a su casa e invitarnos a ingresar. De eso viven, de las visitas de curiosos que se acercan a preguntar, a mirar que comen y como visten. 

En nombre de todos sus dioses nos “hizo una limpia” y si bien yo solo creo en un único Dios, me encontraba ante una eminencia maya que después de todo representa para ellos la conexión directa entre el hombre y sus dioses ¿Cómo podría haberlo interrumpido? luego nos dieron de probar sus tortillas de maíz y los niños tocaron sus instrumentos para nosotros. Todo un concierto en vivo con personas de todas las edades, niños que en su mayoría solo querían volver a jugar en una cama saltarina que se veía bastante mas entretenida que estar ahí posando para nosotros.  De todas maneras, tenían que repetir la canción cuantas veces fuera necesario para conseguir sus merecidas propinas.