En Pushkar nos quedamos en un cómodo y colorido Zostel, recomendable porque al menos no tenían ratones. Conocimos un buen mercado, visitamos el Pushkar lake, almorzamos en Den Duba Restaurant (tercera foto) y hubo un día que anduvimos en folicular en donde conocimos a la mujer de la primera fotografía.
En este país sin ley, puedes conducir en la dirección que quieras y un bocinazo es la alerta para evitar un gran choque. Para cambiar de pista, toca la bocina, para doblar: bocina, estacionar: bocina y si piensas que la pista del centro es un buen lugar para tomar un descanso, apagas el motor y ahí te quedas, ni te preocupes de ponerte a un costado de la carretera. Si te pasaste un kilómetro, te das la vuelta en U, vas en sentido contrario y retomas la calle que antes no viste.
No te preocupes por la edad, ni por traer casco, tampoco por la cantidad de personas que van en un moto, los mejores conductores son los niños (Segunda foto).