Como en casi todo Quintana Roo las actividades acuáticas son parte del ambiente, nosotros optamos por las bicicletas para hacer deporte y llegar pedaleando a la punta sur de la isla, en donde un elevado acantilado te da la bienvenida para homenajear a Ixchel, la majestuosa diosa de la luna, quien es la protagonista indiscutible de todo el lugar por el carácter femenino de esta. Ixchel representa la fertilidad ligada con la tierra, ya que son los ciclos de la luna los que rigen los tiempos de siembra y cosecha y también se le asocia con la lluvia y con el dios Chaac, por este mismo concepto.

En esta segunda visita a la isla (la primera vez fue en el 2019 cuando cruce con la Koranda en ferry) vi mas carritos de golf por las calles (se arriendan a $900 MXN el día) quizás como ahora fui peatón o ciclista pude notar lo útiles que son y la poca fuerza que tienen cuando van cuesta arriba. Aun así son divertidos y fáciles de manejar. 

Restaurants hay de sobra, solo recomiendo alejarse de los lugares masivos en tiempos de pandemia. Nosotros esperamos el ferry de las 22:00hrs. para regresar a Cancún, pues nos comentaron que en el ferry de las 23:00hrs. a veces no queda cupo porque todos los trabajadores regresan a sus casas. Mejor asegurar el lugar regresando a tiempo, de todas maneras la isla es para quedarse por lo menos dos noches. Afortunadamente sé que volveremos a cruzar antes de fin de año.