A 20 minutos de Damascus Gate en Jerusalén, tomando el bus 231 está Bethlehem (Casa de la carne) el lugar de nacimiento de Jesús. Ciudad en donde por ley todas las casas deben ser de piedra, la cual se puede comprar en solo un lugar. Por lo menos no pierden tiempo pensando de que color pintaran la fachada (fotografía seis).
Lo recomendable para visitar, son los puntos de mayor interés popular, como la Iglesia de la Natividad en donde se aprecia la estrella de plata (fotografía número uno) que indica el punto exacto en donde se cree nació Jesús. La fotografía número dos muestra la puerta de ingreso a la Iglesia de Natividad, creada así de pequeña para que todo el que desee entrar, deba hacer una reverencia por obligación. Es una de las iglesias más antiguas del mundo porque no ha tenido demolición absoluta desde su creación en la época de Costantino I y desde hace dos años está en restauración para, en el 2018, ser considerada Patrimonio de la Humanidad.
La iglesia esta custodiada por las mismas entidades que velan el Santo Sepulcro (Católicos, Ortodoxos griegos y Armenios), estas están organizadas para rezar por horarios estrictos, como también para dejarla limpia para el siguiente turno (fotografía número 3 de un ortodoxo camino a limpiar). Tuvimos la fortuna de tener un buen guía (Jorge) quien nos consiguió acceso a la Basílica de Belén en donde están los huecitos de los niños que mando a matar Herodes, vale la pena bajar si hay tiempo para rezar por ellos.
Recomendable ir en Belén es al Convento de las Carmelitas (María de Jesús Crucificado), ir al Campo de los Pastores (foto nro.5 – los pies dañados son parte del viaje), pero lo que fue de mi mayor agrado fue la Gruta de la Leche.