Casi cuatro horas después del cruce aduanero desde el sur de Perú llegue a Guayaquil, en donde me encuentro con la sorpresa que el mismo libro de Mariam que ando difundiendo entre carmelos, fue escrito en una versión más pequeña pero de igual título en 1983. La escritoria de aquella reliquia falleció en 1992, pero su sobrina (carmelita afortunadamente) quien ayudó a escribirlo vive a una hora y media de esta ciudad. Me fui en búsqueda de ella, de seguro se alegraría tanto como yo con este bonito cruce de historias.
Llevan la clausura en su interior y la gozan. Tienen deberes como todos, cada una con su oficio trabajan desde el amanecer al ocaso y sacan adelante su monasterio con los mínimos recursos. Viven con lo justo porque tomaron esa opción de vida, todo el dia corren para un lado y para el otro, porque el tiempo vuela y no espera a nadie. Claro que también rezan por ti, por mi y por todos. Con cuánta humildad caminan de frente por la vida, siempre con una sonrisa natural y carisma que no pasa desapercibida, “El placer de morir sin pena, vale la pena vivir sin placer” leí por ahí. La riqueza que poseen nada tiene que ver con el dinero o bienes materiales. Su reino no está en esta vida y tienen sed por descubrirlo.
Ahora solo quiero decir: Gracias!
– A mi nueva familia de Carmelitas de Piura, Perú y su nuevo monasterio que recién cumple 10 años. Volveré más adelante, solo para abrazarlas a todas de nuevo. Gracias por tan linda hospitalidad.
– A Fernando y familia por el alojamiento en Tumbes, Perú. Son parte de esta peregrinación junto a Dominique. Estamos unidos en oración.
– Al Monasterio del Niño Jesús en Los Ceibos, jamás hubiese llegado a Playas sin su ayuda.
– A Fabricio por presentarme a su hermosa familia. Por su ayuda desinteresada y abrirme las puertas de su casa en Guayaquil.
– A Jose Massu y esposa Maria Rosa por su linda hospitalidad e invitación a su casa. José es un viñamarino de corazón con alma ecuatoriana. Los llevo conmigo, ya son parte de este viaje.
– A Maria Anunciada y esposo Wilson por el gran paseo que dimos ese viernes de Mayo. Agradezco haber conocido la brasileña mas linda que vive en Ecuador y al escritor más invencible. Los esperare con ansias en Chile.
– A mi nueva familia de Carmelitas de Playas y a mi Madre Espiritual Carmen Teresa. La palabra gracias queda muy pequeña. Por ángeles en la tierra como ustedes, es que quiero recorrer el mundo.