Nos escapamos a Los Andes, para continuar visitando otro Santuario de las Carmelitas de claustro, pero esta vez en Chile. La paz de Auco, la armonía del santuario y el silencio están a una hora de Santiago, vale la pena disfrutarlo.
El cuerpo de Santa Teresita descansa en este lugar, las paredes reflejan la niñez y la vida de la única santa que tenemos en Chile, es casi una peregrinación obligada de muchas familias y jóvenes que recién comienzan a escuchar el nombre de la Virgen del Carmen: “De Chacabuco al Carmelo”.
La historia de las carmelitas es muy interesante, pero hay una en particular que nació en Ibillin, una aldea de la alta Galilea en 1.846 y que conocimos en Haifa porque la hermana Verónica de Jesús nos la presentó en su libro: “La Pequeña Nada”, ella es la Santa Mariam de Jesús Crucificado. Historia que vale la pena conocer sobre todo por su amor incondicional, su humildad y todo el camino recorrido para llegar a la santidad. Pongo mi libro en español a su disposición para quien desee leerlo.